Quizás todos hemos oído hablar de la mesoterapia como técnica de medicina estética para tratar zonas localizadas de celulitis (lipodistrofia) o la mesoterapia facial, en el tratamiento de las arrugas cutáneas. Pero la mesoterapia, sola o como coadyuvante, va mas allá y puede ser utilizada en el tratamiento de muchas otras afecciones que aqueja el ser humano.
Antes de continuar, me gustaría hacer una aclaración. En abril de 2011, la Alta Autoridad de Salud de Francia prohibió las prácticas de lisis adipocitaria con objetivos estéticos, a excepción de la lipoaspiración. La mayoría de las Sociedades de Medicina Estética y grupos de profesionales pusieron bajo sospecha esta decisión considerando esta situación como una lucha económica y de poderes. La única práctica de todas las lipolíticas que tiene decesos comprobados es la lipoaspiración o liposucción, como expresó el presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Estética, Dr. Raúl Pinto. ¡Y justamente es la que no fue prohibida por el Real Decreto! Jean Luc Bachelier, vicepresidente del Sindicato Nacional de Médicos estéticos, con sede en Francia y afiliados españoles, declaró que la prohibición no estaba justificada, puesto que las complicaciones ocurrían todas en una clínica, la cual tenía otros problemas por malas prácticas.
Cuatro meses más tarde a la publicación del Real Decreto, se levantó la restricción tras investigaciones que lograron demostrar que los procedimientos estéticos y no invasivos o micro-invasivos son efectivos y pueden ser alternativas viables a las cirugías. El problema radica, más bien, en que muchas veces, estas técnicas son aplicadas por personal no capacitado, en locales no acondicionados, sin seguir estrictamente las normas de asepsia y sin conocer exactamente la farmacología y limitaciones del fármaco empleado.
El padre, en 1952, de la mesoterapia es el médico francés Michel Pistor. Su nombre proviene de la capa de la piel en la que se inyectan las sustancias, que proviene del mesodermo embrionario. Su técnica es muy sencilla; consiste en microinyecciones locales, bajo la piel (entre 1 y 4 mm bajo su superficie) de múltiples gotitas de una mezcla medicamentosa, específica para cada tipo de patología, destinada al alivio, cuidado o cura de la afección a tratar. La mezcla se introduce lo más cercanamente posible al órgano a tratar o sobre la propia lesión si ésta es visible. Por ejemplo, en la alopecia se inyecta al enfermo en el cuero cabelludo; en el higroma de rodilla, alrededor del mismo y sobre la piel que lo recubre.
Podríamos citar como ventajas principales del método mesoterápico: la focalización del tratamiento que permite utilizar menor cantidad de medicamento; el fármaco se concentra en el lugar mismo donde debe actuar y, aprovechando el efecto “depósito”, permite dilatar en el tiempo nuevas administraciones del mismo; evita el paso gástrico; y, tiene bajo coste.
Los fármacos utilizados son muy variados: antibióticos, AINEs, esteroides, vasodilatadores, flebotónicos, vitaminas, inmunosupresores; productos, todos ellos, sujetos a los mecanismos de farmacovigilancia nacionales e internacionales. Por tanto, no es, como apuntan sus detractores, una “antimedicina”, sino otra forma de terapia, quizás más ecológica y directa.
De todo lo anterior se deduce que la mesoterapia es una técnica médica, invasiva, y una herramienta nada despreciable dentro del arsenal terapéutico del que dispone el facultativo. Ya os hable de la Sofrología y del coaching, y parece que os gustó bastante, ¿Que pensáis de la Mesoterapia?