La melatonina, conocida también como la «hormona de la juventud» o la hormona de «de la oscuridad», es una hormona que el organismo produce de forma natural. Está implicada en la regulación del ciclo sueño-vigilia y afecta a la melanina, sustancia responsable de la pigmentación de la piel. La luz inhibe su producción.
Melatonina: en España es un medicamento
En España se comercializa desde 2008 como medicamento, pues es una sustancia con actividad farmacológica. Pero en otros países se puede adquirir como suplemento alimenticio desde hace años, y uno de sus usos más populares es como ayuda para superar el jet-lag o desfase horario que se sufre por los vuelos transoceánicos.
El pasado mes de febrero, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ordenó retirar del mercado productos con melatonina que no estaban registrados como medicamentos y no se conocía su composición exacta, eficacia y seguridad: los productos que se han retirado de la venta en España son Meladormo 3 mg y Melatonin Pura 5 mg.
La única especialidad con melatonina autorizada en nuestro país se llama Circadin 2 mg, y su indicación es el tratamiento del insomnio en personas mayores de 55 años.
Este producto interacciona con algunos fármacos y con el alcohol, por lo que su uso debe ser controlado y bajo prescripción medica.
El uso de melatonina, como el de cualquier medicamento, no está exento de efectos adversos, si bien son poco frecuentes. Se pueden presentar fatiga, mareo, dolor de cabeza, irritabilidad y somnolencia, cambios de humor, y molestias gastrointestinales leves como náuseas.
Usos e indicaciones de la melatonina
- En España la melatonina se usa para tratar el insomnio de las personas mayores de 55 años.
- A la melatonina se la han atribuido propiedades como antioxidante para frenar el envejecimiento o incluso para prevenir enfermedades neurodegenerativas. Pero a dia de hoy no ha sido demostrada ni su eficacia ni su seguridad.
- Otro uso para el que piensa que podría ser de cierta utilidad es para ajustar el reloj biológico endógeno de las personas sujetas a viajes transcontinentales y que sufren jet-lag, si bien la evidencia científica disponible hasta el momento es insuficiente respecto a eficacia y seguridad. Con todo, hay algunas medidas que puede adoptar para minimizar el problema del jet-lag.
Jet-lag: qué es y cómo prevenirlo
Volar entre lugares con distintos husos horarios afecta al ritmo biológico interno, provocando una alteración conocida como jet-lag. Cuando se viaja de este a oeste, el día sufre un alargamiento artificial que impulsa a dormir menos de lo recomendable. Y lo contrario sucede cuando se viaja hacia el este, con un acortamiento del día que puede hacer la adaptación aún más lenta.
Quien viaja regularmente en estas condiciones se ve expuesto al mismo tipo de desequilibrio del ritmo de sueño-vigilia que pueden sufrir, por ejemplo, los trabajadores por turnos.
Los viajes a través de varios husos horarios son cada vez más frecuentes, por lo que el jet-lag es un problema muy generalizado. Como media, superar completamente los efectos del jet-lag puede implicar hasta un día de recuperación por cada hora de diferencia, pero es posible adoptar una serie de pasos que ayudan a atenuar este problema.
- Si la estancia en el extranjero dura menos de 48 horas, intente mantener el horario del país de donde salió. Procure comer y dormir según el horario determinado por su reloj biológico y, en la medida de lo posible, organice sus compromisos de forma que no estorben esa rutina. Pero para periodos más largos, es preferible adoptar los horarios del lugar de destino desde el comienzo del viaje.
- Antes de viajar, y durante todo el viaje, no haga comidas pesadas y beba bastante agua.
- Es importante dormir un número de horas suficiente la noche anterior.
- Evite las bebidas estimulantes durante el viaje, incluidos café, té y cola.
- Durante el viaje, use ropa amplia y zapatos cómodos.
- No ingiera alcohol antes del vuelo ni durante el vuelo: facilita la deshidratación.
- Intente mantenerse activo: durante el vuelo, levántese cada dos horas, estire los brazos y las piernas y camine un poco sobre cada pierna.
- A la llegada, pase todo el tiempo que pueda en el exterior, o al menos en lugares con ventanas, para habituarse a las nuevas condiciones de luz, y échese sólo cuando llegue la noche, aunque esté muy cansado, para ajustar el horario de sueño. Haga algo de ejercicio, pero sin exagerar.
- Si nada de esto le funciona, puede recurrir a fármacos durante un corto periodo de tiempo, siempre bajo supervisión médica, para facilitar el reajuste del ritmo circadiano al patrón de sueño local.