Alberto Artieda (42 años, casado, dos hijos) es médico de Urgencias del Hospital Reina Sofía. Su nómina mensual asciende a unos 4.500 euros, pero la mitad es por las guardias (realiza entre 5 y 6 al mes), cuya retribución el ‘tijeretazo’ rebaja un 10%. En total, calcula que dejará de percibir 468 euros al mes. También pierde las ayudas de estudios para sus dos hijos, lo que supone algo más de 200 euros al año, y las 35 horas anuales retribuidas para cursos de formación.
«De entre los médicos -comenta-, que son los más perjudicados, los de urgencias quizá somos los que peor parados salimos porque hacemos más guardias, que para nosotros, además, son obligatorias». Como consecuencia del aumento de horas, trabajar en sábado, que antes cobraba como guardia, pasa a considerarse como jornada lectiva normal.