La vida, sea de 16 años, 16 meses u 86 años tiene igual valor; ol al menos así debería ser. Es lógico que la pérdida de una vida produzca reacciones entre personas con sentimientos, y más si esa vida es de un familiar. Si no, no seríamos humanos.

El caso de violencia contra nuestro personal, en este contexto, no deja de ser algo normal en la situación actual en la que nos encontramos. Todos los días se producen actos violentos contra el personal sanitario. Y tal vez sea debido a las informaciones erróneas que le llegan a los ciudadanos desde los «mass media». Todos vemos diariamente cómo los maravillosos «médicos televisivos» lo curan todo, lo arreglan todo; no hay muerte, no hay sufrimiento; todo limpio, aséptico, sano, «normal». Todo son derechos, ningún deber; nada que implique responsabilidad propia del ciudadano. Así nos va.

No, compañeros; no somos divinos, no tenemos el don de la ubicuidad, no hacemos milagros (últimamente ni en el Vaticano); cada uno en su trabajo, aplicamos los conocimientos que la ciencia tiene en la actualidad; unos los saben e investigan, otros aplicamos lo que los que saben nos indican. Así funciona.

Está claro que cada uno es libre de aportar sus opiniones, pero ¡por favor! dejemos de ejercer la fiscalía; ya hay personas en ese trabajo. En este tema yo creo que la responsabilidad reside «más arriba» de donde se está comentando. Ahora bien, también es cierto que no puede haber un recurso sanitario por cada ciudadano; eso ni en la tv.

Mis condolencias a la familia.

Mi apoyo a los compañeros.