Las privatizaciones son un hecho. Recordemos que los partidos políticos ganan las elecciones gracias al voto de los indecisos, y no escatiman maniobras para atraerlos (acusaciones al adversario, mentiras si cuelan, ocultar información comprometedora o minimizar escándolos propios y recrearse en los del adversario entre otros).
Recordemos que en los programas políticos se acentuan los grandes proyectos, pero evitan aclarar como llevarlos a cabo, sobre todo si las medidas son impopulares.
Acusarnos mutuamente de quién votó a quién es absurdo, porque nadie, más que los políticos de turno, son responsables de esta privatización. Y estoy seguro que ningún otro partido que gane las elecciones cambiará lo instaurado.
Nos acostumbraremos, y si no, ya nos contarán que otros países andan peor.
Sólo queda, en mi opinión, reflejar nuesto descontento con los medios legales de los que disponemos, y no urgemos en escusas para al final acabar justificar nuestra parsimonia en este asunto. Un saludo.